Finde 27-28 de octubre

¿Qué he hecho este pasado fin de semana? Hagamos memoria...

El viernes no me acuerdo de nada. Probablemente querrá decir que me emborraché hasta perder el sentido, como sabeis que hago a menudo.

El sábado sabadete fuimos a comer ensalada, pizza, arroz con curry y costillas de cerdo a un restaurante-bar de Shibuya para celebrar el cumpleaños de María, que si no me equivoco cumple años este 1 de noviembre. ¡Felicidades María!
Por la noche tocaba Halloween, pero con la que estaba cayendo, nos rajamos y quedamos en casa calentitos. Aquí teneis una muestra de lo que se cocía por Ebisu.

Foto cortesía de Meggers.

Madre mía qué blog más rancio, publico las fotos de las fiestas que me he perdido. Ésto habrá que remediarlo.
Más fotos de los locos disfraces en los blogs de amigotes que tengo enlazados. (Todavía no, pero todo se andará.)

El domingo un poco más digno de mención, fuimos la panda española al museo Ghibli. (http://es.wikipedia.org/wiki/Ghibli)


Sí hombre, ¡ése del director de películas de animación (http://es.wikipedia.org/wiki/Anime), el estudio de Hayao Miyazaki! (http://es.wikipedia.org/wiki/Hayao_Miyazaki)
¡El de Totoro! (http://es.wikipedia.org/wiki/Totoro)
¡El japonés! (http://es.wikipedia.org/wiki/Jap%C3%B3n)
¡Y ya está bien de enlaces a la Wikipedia! (http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia)

Pues eso, es la segunda vez que iba, y aunque es un museo no muy grande tiene su encanto, sobre todo si tienes menos de doce años (o te gustan las pelis de Ghibli, como a mí).
Pero más vale una imagen que mil palabras, y si son 4 ya ni te digo:

Foto cortesía de Meggers.

Y para que os hagais una idea más precisa del museo:

Traducido del folleto japonés.


Y por la noche, a las 11h30... (redoble de tambores)
¡Vino mi sushero del barrio a enseñarme a hacer bolas de arroz! (Sushero: cocinero de sushi. Palabra sólo usada por un servidor.)

Normalmente sólo puedes aprender las artes del sushi trabajando en un restaurante, y tardan de 3 años para arriba en dejarte servir el arroz con el pescado a los clientes, por eso el que me enseñe es un detalle que a mí me emociona tanto. El otro día cenando en su restaurante le comentaba que han abierto una academia de sushi en Sugamo (Tokio), pero que te cobran un ojo y parte del otro por 15 días de clase. Y él amablemente se ofreció a enseñarme lo más básico.
Pobre, quizás lo decía por compromiso, pero yo no dejé escapar la ocasión.

Así fue como pasamos media hora apelmazando arroz con las manos. ¡Más difícil de lo que parece!

Y así acabó el fin de semana.

PD: envalentonado por el éxito de mi media hora de clase (¿?), al día siguiente probé a preparar yo un poco de sushi. Aquí teneis el irregular resultado.