En el curro me aburro

Pues sí, mi trabajo me permite vivir relativamente bien fuera de él, pero lo cierto es que mis tareas diarias en sí son bastante poco gratificantes. "Es que el trabajo es así", dice mi sabio padre, en la línea de nuestro amigo Antonio Carril, que sienta cátedra: "El trabajo es tan malo que te pagan por hacerlo".

Ante la perspectiva de seguir años y años haciendo un trabajo monótono -que ni siquiera resulta demasiado útil para la oficina- y mis nulas posibilidades de ascender, he decidido sentarme y apuntar todas las alternativas laborales que se me ocurran. Primero la tormenta de ideas, luego ya pensaré con más calma.

-Entrenar aikido intensivamente unos 5 años para volver a España y enseñar en alguna capital de provincia.
-Sacarme alguna diplomatura como filosofía a distancia para luego presentarme al examen de traductor jurado de japonés. Parece que en España sólo hay dos personas, lo que parece garantizar la demanda.
-Pedirle al sushero del barrio que me dé clases para aprender a hacer sushi, luego ahorrar dinero y trabajar en algún restaurante para más adelante abrir mi propio local en España.
-Meterme en Capcom o alguna otra empresa de videojuegos como traductor/corrector lingüístico.

Bueno, actualizaré esta lista si se me ocurren más cosas.